miércoles, 29 de marzo de 2017

Cómo educar en la Memoria.

Juan Pablo Olivetto Fagni


Educar para entender cómo fue posible una dictadura tan sangrienta como la del 76, es necesario para valorar nuestra débil democracia y fortalecerla. ¿Cómo llegamos a que organizaciones guerrilleras pusieran bombas y asesinaran militares o empresarios? ¿Cómo fue posible que desde el Estado se suspendan todas las garantías y procesos judiciales, se torture de las formas más sádicas, se asesine y se desaparezca sistemáticamente a miles de personas? Estas preguntas son más que interesantes y potentes para intentar responderlas en cualquier espacio educativo.

Diferente a sólo condenar y decir qué o quién estuvo mal, es necesario partir de las diferentes posturas sobre el tema, y posicionarse como educadores y c
iudadanos.

4 posturas posibles ante los he

chos ocurridos en nuestra historia reciente. Arranquemos de derecha a izquierda:

1- “Fue una guerra sucia”; “Los montoneros ponían bombas y secuestraban militares”; “Era necesario que los militares pusieran orden, hubo excesos como en toda guerra”. La justificación de los accionares delictivos de los militares (también de los civiles y eclesiásticos), es que ante una guerra no hay ley que se tenga que respetar. Todo vale para mantener el orden social ante la amenaza comunista y atea. Y el orden era necesario.

2- “Ambos bandos estuvieron mal”. La teoría de los dos demonios es quizás la que más prende en el sentido común que condena todo tipo de violencia. Tanto los militares como los guerrilleros estuvieron equivocados.

3- El Estado es el que debe garantizar los derechos de todos y fue el que los vulneró. Aquí siguen apareciendo los dos bandos, pero unos como víctimas (desaparecidos, torturados, asesinados) y otros como victimarios (torturadores, cómplices, asesinos, el terrorismo de Estado). Y por lo tanto hoy el Estado es el que tiene que reparar el daño hecho, y cumplir de una buena vez su rol como garante de los derechos de todos.

4- Recordar y reivindicar por qué militaban muchos de los que fueron desaparecidos. Esta postura le critica a la anterior que se despolitiza al victimizar. Muchos de los asesinados por la dictadura luchaban por una sociedad sin clases sociales e inclusive algunos sabían de los riesgos que corrían. Quienes están a la izquierda del resto, hoy sostienen que hay que retomar esas luchas contra el capitalismo en la actualidad.

También hay que considerar una quinta postura que se la podría denominar “anti-histórica”, que las separo del resto por evitar entrar en la discusión, aunque hay que decir que evitar un debate con problemas que siguen sin resolverse es ser funcional a las posiciones de derecha que quieren impunidad para los militares y sus cómplices. La gente que sostiene esta posición está cansada de discutir el pasado, dice que hay que mirar hacia adelante sin rencores, evitando todo tipo de conflicto y de discusión política.

Permitir que los estudiantes conozcan las diferentes posturas sobre el tema, y poder discutirlas, pensarlas y tomar posición es claramente concretar el derecho a la educación, por lo menos en este pequeño-gran tema.


Educar para que Nunca Más. Para que todas las personas tengan todos los derechos. Este sigue siendo el horizonte de muchos de los que educamos hoy en la argentina. Pero la tentación de adoctrinar o de escaparle al problema para no meterse en líos, son muy atractivas. ¿Pero… es sólo un tema del pasado? Hoy la policía y el sistema penitenciario siguen torturando y matando impunemente. Los niños y jóvenes delincuentes son antes victimas que victimarios, hay que ir a las causas de los problemas, y exigir políticas públicas que brinden trabajo, salud, vivienda y educación para todos…


Y por último, pero no menos importante. ¿Desde dónde se debería posicionar un docente cristiano? Una vez más voy a sostener que ser cristiano es contrario a una posición de derecha (la primera desarrollada) ya que la libertad y la dignidad de cada persona es sagrada, ningún católico coherente debería apoyar un régimen dictatorial que mate, torture y desaparezca personas. Por otro lado, también hay que recordar que es contradictorio ser cristiano con posiciones de algunas izquierdas, como las que proponen la lucha de clases como el camino hacia la igualdad económica, o cuando se mantienen supuestos materialistas en el sentido marxista, donde se le quita importancia o se niega la existencia de realidades espirituales y trascendentes. Sin embargo, también son contradictorios los valores que sostienen al capitalismo con los valores que promueve el cristianismo, entonces sería discutible si un cristiano puede o no tener la cuarta posición siempre y cuando no apoye la lucha de clases o un materialismo filosófico.

Por lo tanto, posiciones de centro o más progresistas (la segunda y la tercera), serían compatibles con una postura cristiana. Condenando todo tipo de violencia por igual o reconociendo la particular responsabilidad del Estado para garantizar derechos.

La quinta posición es totalmente incompatible con el cristianismo, negar el pasado es también negar la Historia de la Salvación, y cómo estamos en continuidad con el mandato que dejó Jesús hace más de dos mil años. Lo que no nos puede faltar a los educadores cristianos es un compromiso total y concreto con los excluidos y víctimas de este sistema. Cargar la cruz del prójimo y luchar contra todo lo que ponga en cuestión la dignidad material y espiritual de cada persona es una obligación moral de todos los que peregrinamos al encuentro definitivo con Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario