Selene Peschel
Cuando se difundió en la Argentina
la película “El código Da Vinci” (año 2006) muchos católicos se escandalizaron
señalando la cantidad de errores que ésta presentaba acerca de la Iglesia (lo
cual es cierto, aunque era una ficción con ingredientes de todo tipo). Además,
el tema de la película se transformó en un tema ineludible de conversación en
cualquier mesa familiar, laboral y -hasta el cansancio- en los medios de
comunicación. La pregunta es la siguiente: Estas producciones siempre suscitan
un alto nivel de indignación entre los católicos que (justamente es eso lo que
se busca). Pero, cuando se estrena un film católico ¿Por qué no genera la misma
implicación, difusión, comentarios o
debates entre los cristianos? ¿Tiene que arribar un film de este tipo
para que los católicos intercambien opiniones y se planteen la importancia de
la evangelización a través del arte?
¿El
cristiano apoya el cine católico o sólo se indigna?