viernes, 20 de febrero de 2015

Editorial - RENUNCIA: CON HUMILDAD ES MEJOR



  “Renunciar”, como virtud, significa negarnos algo que nos resulta querido, cómodo o placentero, por el bien de los demás.

  La renuncia debe ser por amor. Porque hay quien se sacrifica durante años, postergando vida social, descanso, incluso familia o amigos, por una carrera o empresa, sólo para llegar a una posición económica más ventajosa. Y hay quien hace similares sacrificios (maestros rurales, médicos sin fronteras), para servir a la humanidad.

  La renuncia debe doler un poco. No es renuncia dar de lo que me sobra o de lo que no me interesa. Tampoco es auténtico elegir una tarea que todos aplauden por su “abnegación” y una vez en ella, esquivar el compromiso (las enfermeras distraídas en mandarse mensajitos por el celular con las amigas mientras los pacientes las reclaman, o los curas “pachorra” –de ésos que no atienden a nadie porque tienen que dormir la siesta, después tomar mate, luego volver a dormir la siesta-, etc.).

12 pasos para convertirse en héroe



A la luz del psicoanálisis, todos los mitos, las películas y las historias podrían sintetizarse en el ciclo que Joseph Campbell tituló “el camino del héroe”. ¿Aventuras? ¿Puertas mágicas? ¿Pruebas? Sí, allá vamos.



Por Daniel Rojas Delgado



¿Y si todos los mitos no fueran más que versiones de la misma historia, contada una y otra vez, con matices, nombres y lugares diferentes? ¿Nunca lo pensaste? El estadounidense Joseph Campbell, un profesor de mitología y religiones comparadas, sí. En 1949 publicó el libro El héroe de las mil caras, que en sus más de 300 páginas habla de rituales egipcios, leyendas tibetanas, mitos hindúes, tradiciones cristianas, relatos japoneses, símbolos aztecas, cuentos de hadas, y la lista sigue... 

Para él, existe un camino simbólico plagado de dificultades que puede dividirse en tres etapas: la partida, la iniciación y el regreso. Desde ya que esta forma de analizar los textos no juzga como verdaderas o falsas estas historias ni tus creencias, lector digital, sino que simplemente apunta a compararlas. Una aclaración más: los 12 pasos de los que hablo en el título son sólo un abordaje práctico, no una serie de escalones o grados que tienen que cumplirse a rajatabla en cada relato.

Cada uno de los episodios que a la heroína o al héroe les toca vivir cuenta con sus particularidades: la primera etapa tiene hasta cinco situaciones posibles (la llamada a la aventura, la negativa al llamado, la ayuda sobrenatural, el cruce del primer umbral y el vientre de la ballena); la segunda, seis (el camino de las pruebas, el encuentro con la diosa, la mujer como tentación, la reconciliación con el padre y la apoteosis); y la última, también seis (la negativa a regresar, la huida mágica, el rescate del mundo exterior, el cruce del umbral del regreso, la posesión de los dos mundos y la libertad para vivir). Éstos serían los 12 pasos famosos:

Ser Profesor en Secundaria: ¡Paren esto que me quiero bajar!


Por Juan Pablo Olivetto Fagni


Si bien no hay mucha estadística al respecto, el que trabaja en el sistema educativo sabe que son muchos los docentes que renuncian, parecería que los primeros años son determinantes.

Pero no es que el trabajo docente es un infierno, mientras el resto vive en un paraíso, son muchos los problemas y sinsentidos en todos los ámbitos, pero ¿qué tiene de particular el dar clases en el nivel secundario?

Experiencias propias, o relatos cercanos me llevan a pensar que en el fondo lo que se pone en juego en el aula es la propia autoestima, uno está muy expuesto frente a los jóvenes, en donde la ley del más fuerte es muchas veces la que se impone. O simplemente una total indiferencia puede ser más que suficiente para que el profesor tome la decisión de renunciar.
Una opinión ética del asunto podría llevar rápidamente a juzgar a quien renuncia, a verlo como un fracasado. Pero si tenemos por lo menos dos dedos de frente, podemos entender lo difícil que es sostener un trabajo hostil que para variar te pagan poco. Aún así el tema es qué hacemos para mejorar un poco esto.

La voluntad de renunciar


Por Juan Pablo Moreno



Es muy necesario a la hora de hablar sobre la renuncia (o sobre cualquier otra cosa) tener lo más en cuanta posible qué significa. Podemos decir, sin causar problemas a la R.A.E., que la renuncia es la acción voluntaria de abandonar algo que se posee. Aunque para hacer este tema aún más interesante veamos aquello que no es renunciar, es decir su antónimo. Nos encontramos entonces con que hay muchos, dependiendo de cómo se interprete “renunciar”; para este caso nos quedaremos con “aceptar”. Ejemplifico para que se vea más claramente la oposición: una persona puede aceptar un puesto de trabajo o puede renunciar a él.

Ahora bien, si decimos “aceptar” nos encontramos con que se puede definir como recibir voluntariamente lo que se da. ¿Cuál es el problema entonces?... Pues que existen situaciones donde estos antónimos caminan bastante de la mano. De ambos verbos se dice que es una acción voluntaria, es decir que puede llevar un discernimiento previo para elegir la mejor opción. Pero es claro que si aceptamos voluntariamente algo, entonces renunciamos voluntariamente a otra cosa y viceversa.

Creo yo que esta voluntad de aceptar algo hace que la o las renuncias que se forjan a partir de eso se vuelvan algo positivo, es decir que el haber hecho nosotros mismos una renuncia no nos pese. Es en la propia voluntad de ser o de hacer algo donde la aceptación y la renuncia se unen para construir entre ambos el camino que nos llevará a alcanzar un fin en particular.

TOMÁS MORO, EL HOMBRE DE LAS DOS RENUNCIAS



Por Nora Pflüger

  Desde una mirada puramente humana, pocas biografías podrían haber sido tan bendecidas por el éxito como la de Tomás Moro (1478-1535), Gran Canciller del Reino de Inglaterra, humanista, filósofo, abogado, escritor, además de esposo y padre de una hermosa familia. Hombre de reconocido ingenio y talento, su obra literaria más famosa es la “Utopía”, en la que- ¡cuatrocientos años antes del “Imagine” de John Lennon!- describió una sociedad ideal donde, entre otras cosas, las diferencias de religión no serían causa de divisiones entre los hombres.

  El dramaturgo inglés Robert Bolt narró la historia de Moro en la obra teatral “A Man for All Seasons” trasmitida por la BBC en 1954 y de la que se hizo luego una versión cinematográfica conocida en Hispanoamérica como “El hombre de dos Reinos”. Allí muestra la decisión de Tomás Moro, católico consecuente, cuando debe optar entre su obediencia al Rey y la fidelidad a Dios y a su conciencia.