miércoles, 31 de diciembre de 2014

Cromañón: 10 años después, entre el dolor y la esperanza




Por Laura Codaro


La noche del 30 de diciembre de 2004, Argentina y el mundo observaban cómo se desarrollaba un incendio durante un recital de rock en un local conocido popularmente como “Cromañón”,

sábado, 20 de diciembre de 2014

La cigüeña capitalista


Por Juan Igancio Salgado


“Un derecho no es algo que alguien te da,
Es algo que nadie te puede quitar” 
Eleanor Roosevelt




Érase una vez una cigüeña común y corriente. Un simple engranaje más en la maquinaria del sistema de entrega de niños. Una simple obrera. Su vida era como la de cualquier empleado clase media. El  negocio del delivery de niños, aún con sus altibajos, siempre se mantenía a flote. Y si bien no es que le permitía vivir una vida holgada y sin preocupaciones, si le garantizaba una estabilidad económica como para pasar los tiempos de crisis sin sobresaltos. 

Editorial - NACIMIENTO: ¿QUÉ MUNDO EDIFICAMOS PARA NUESTROS HIJOS?

 


En estos días de preparación a la Navidad, hemos tenido una gran alegría: una de nuestras compañeras del equipo de Redacción, Cecilia, ha sido felizmente mamá de una niña, y por un momento nos han dado ganas de dejar todo para conocer y mimar a esa cosita chiquita, cuyo nombre es ya una caricia: Jazmín.
  ¿En qué mundo vivirá Jazmín? ¿Se le permitirá sentirse respetada y amada? No hablamos de su familia, que seguramente lo hará, sino de la sociedad en su conjunto, en la que los creyentes debemos ser “sal y levadura”.

UN CRISTIANO EN TURQUIA



Por Adday Beytisrail

Para empezar, en Turquía somos muchos los cristianos, tanto ortodoxos, católicos como protestantes. La pregunta es cómo es ser cristiano en nuestro país?. La respuesta tiene aspectos positivos y negativos. La parte positiva es que en general no tenemos problemas, estamos a salvo y el gobierno nos respeta. La parte negativa incluye: no somos, por ejemplo, ciudadanos de primera en nuestro país, los religiosos no reciben salario gubernamental, y el gobierno tampoco provee a las iglesias mantenimiento y restauración de los edificios. Se hacen también diferencias en la ayuda a refugiados cristianos y musulmanes. En esta parte, nuestra vida como cristianos es más dura.

REENCARNACIÓN… ¿ME QUIEREN DECIR PARA QUÉ?



 Nora Pflüger

“Apenas nacemos, y ya nos ponemos a llorar por haber tenido que venir a habitar en este inmenso teatro de locos.”

                                          William Shakespeare



  Cuando era chica, en un acto de desobediencia, tomé de la biblioteca de mi abuelo un libro cuyo título me intrigaba: “La tragedia de  Bridey Murphy”.  Trataba del famosísimo caso en el que un experimentador del hipnotismo, Morey Bernstein, lograba, trance hipnótico mediante, hacer “regresar” con la memoria a una joven norteamericana del siglo XX a una “existencia anterior” en la Irlanda del siglo XIX.

  La historia, que se difundió en el mundo a través de artículos y películas, instaló en la mentalidad occidental la idea de que esas “memorias” fragmentarias y residuales que todos tenemos, sobre todo de niños,

En México se ríen de la muerte, y nosotros lloramos.


Por Juan Pablo Olivetto Fagni

 Pensar en el nacimiento, en la vida, me llevo a pensar en la muerte, y por más que no tenga mucho que ver el tema que voy a tratar con lo que escribo en general, si pretendo ser un buen educador, tengo que cuidar la curiosidad en mí y en mis alumnos. Y qué mejor que empezar dando el ejemplo, regalándome el tiempo y el espacio a mis intereses, y encarar el tema de cómo se entiende y se vive al fenómeno de la muerte en México y por fuera de México.

 La curiosidad nació en una charla sobre exilios de pedagogos a México, en donde la expositora empieza a responder preguntas sobre la sociedad mexicana, y no recuerdo en relación a qué, pero la cuestión es que cuenta como los festejos de los Días de Muertos, las calles se llenan de colores, de calaveras reales y otras comestibles, esqueletos de juguete, mini-ataúdes de azúcar. Cuestiones que a nosotros (occidentales no mexicanos) nos resultan chocantes e inasimilables.

 El Día de Muertos, se le llama a la forma mexicana de vivir las fiestas litúrgicas católicas del Día de Todos los Santos y el Día de los Difuntos, pero a su vez contiene componentes propios de los pueblos originarios de méxico. El primero de los días, que suele celebrarse el primero de noviembre, se lo dedica principalmente a las almas de los niños, y el dos de noviembre a la de los adultos. En estas fechas las familias realizan vigilias en el cementerio y colocan ofrendas en las tumbas de sus familiares, a las cuales decoran y llenan de comidas, músicas, juguetes, todo lo que era de preferencia del difunto. Sin dudas la palabra que describe estos días es la de celebración. Se celebra la muerte, y no sólo estos dos días, sino que ante cada muerte de un ser querido.

 Ahora bien, seguro estas impactado y tenés una sensación de desagrado. Seguramente también pienses que los mexicanos están rre locos ¿Pero si somos nosotros los locos? ¿O si todos lo estamos?

 Pensemos en cuanto nos incomoda este temita de la muerte, en cómo nos cuesta acompañar al que se está muriendo. No creo que la causa de esta incomodidad esté en el dolor que significa una perdida de un ser querido, porque los mexicanos también conviven con ese dolor de la pérdida, pero aún así deciden quedarse con lo bueno de esa persona y compartirlo con los demás, en no vivirlo como una tragedia, sino como una fiesta, mirar la muerte a la cara y perderle el miedo.

 Pareciera que necesitamos mentirnos y creernos que somos inmortales, que no hay límite alguno en nuestra existencia, que podemos tenerlo todo planificado y bajo control. Y el morirse es la única verdad que nos cuesta disfrazar para no entrar en contradicciones, por eso la evitamos. Mientras tanto los mexicanos juegan con la muerte, se ríen de ella, por ejemplo es una costumbre escribir calaveras literarias, que son versos que hablan con tono burlesco de la muerte propia o de otros.

 Por otro lado, los occidentales no mexicanos, tenemos una cuestión particular con las muertes de los seres queridos. En los velorios (yo sólo he ido a dos, y me parecen muy bizarros) parecería que no hay otra que estar mal, llorando a más no poder. Aunque algunos creyentes tenemos el consuelo de que el alma pasa a estar plenamente con Dios (cosa que en México lo viven realmente a conciencia), aún así el drama es ingambetiable.

 En fin, el tema podría seguirse por mucho, pero para no cerrar el tema invito a seguir leyendo y charlando sobre la muerte y otros temas que nos incomoden, démosle espacio y tiempo a nuestra curiosidad, que es el motor de nuestra capacidad de aprender.

Y por último invito a mis amigos a organizarnos para ir conocer un poco de esta cultura allá (espero haberles despertado la curiosidad), y a quienes no me conocen y que tengan el privilegio de tener los recursos vayan a México. A aprender un poco de aquellos que encaran a la muerte, porque no le tienen miedo a lo incontrolable de la vida.


Muchas Gracias

Por X
 
La esperanza es y debe ser compartida, de lo contrario seremos simplemente hombres y mujeres caminando por una vida sin sentido, llena de olvido, muerte y desgracia. La esperanza es el grito de aliento de quien trabaja con vos y de quien quiere forjar un hombre nuevo


Fue en enero del 2013 donde con un grupo de amigos veíamos la necesidad de hacer una revista y de proponer algo nuevo, hoy